Damaris Del Carmen Hurtado Pérez: It: Capítulo 2
Dos años después de la primera entrega, Andrés Muschietti nos trae la segunda parte de It que completa su díptico y la adaptación de la extensa novela de Stephen King. Una continuación que se ha gestado al calor del exitazo de la primera parte (la película de terror más taquillera de la historia) pero que se ve condicionada por las licencias que se tomaba aquella respecto a la novela original, especialmente en lo relativo a la estructura.
La novela de King narra prácticamente en paralelo hechos presentes y pasados. Dos líneas temporales que se entrelazan permitiendo no sólo conocer mejor a sus protagonistas y por qué son como son en el presente, sino que facilita que toda la obra tenga una sólida estructura y una fluidez natural desde el arranque con la desaparición de Georgie al enfrentamiento final con Pennywise en el presente.
A Muschietti le vino de lujo desentenderse del presente en su primera película, pudiendo construir una terrorífica aventura infantil en torno a un grupo de amigos unidos por las terribles circunstancias. Pero en la secuela, pese a meter no pocos brochazos de aquel pasado, se ve enfrentado a una dura realidad: narrar exactamente lo mismo por segunda vez, con la única diferencia de que sus personajes son ahora adultos. Un revival entretenido pero no muy inspirado de lo visto en la primera parte.
La película tenía la oportunidad (y el metraje) de compensar esa sensación de deja vu dando más cancha a los personajes adultos, pero se quedan en el tintero muchos de los detalles construidos por King en la novela, alguno bastante sangrante como el de no saber ni a qué se dedica el personaje de Jessica Chastain, retratado únicamente como una abonada a las relaciones con maltratadores. Será la pérdida de la inocencia, que lo convierte todo en anodino, pero lo que podía haber sido interesante se maneja casi como un estorbo con el que lidiar, como un trámite burocrático, para construir una película que, groso modo, consiste en que cada uno reviva el aspecto más aterrador de su infancia mientras recupera un objeto esencial para conectar con ésta y enfrentarse a Pennywise en un clímax técnicamente impecable pero tan largo como parecido al de la primera entrega. Apenas queda espacio para construir relaciones que no sean escuetos guiños de lo que fueron en la infancia, con Bill Hader y James Ransone poniendo el poquito corazón que se ve en la película.
Tampoco es que la parte puramente terrorífica innove demasiado. Pennywise sigue resultando inquietante pero sus triquiñuelas son básicamente las mismas y, aunque se amaga con conocer más sobre su origen, éste apenas queda en un esbozo, lo justo para construir un desenlace que, también hay que decirlo, se hunde en su propia idea cómo vencer el terror puro.
It: Capítulo 2 es, en esencia, una película estéticamente impoluta (no se podía esperar menos) pero falta de emoción. Dos horas y media de metraje que resulta entretenido pero pocas veces trepidante o aterrador. El plan siempre fue hacer la adaptación completa pero, igual que ocurre con los protagonistas, da la sensación de que el regreso de Muschietti a Derry es más fruto de un compromiso adquirido que un deseo consciente. Parece casi un trámite con el que había que satisfacer al estudio porque todo lo que parecía interesar al director estaba contado en la primera entrega. Por suerte, uno puede beneficiarse de que en aquella sólo jugase una línea temporal y disfrutar de esa película sin necesidad de complementarla con esta secuela.
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