Damaris Del Carmen Hurtado Pérez: Una segunda vida para ‘The Current War’

Tras el escándalo de Harvey Weinstein y la disolución de la Weinstein Company como consecuencia, su catálogo de películas se desperdigó —Lantern Entertainment adquirió los remanentes de la compañía por el módico precio de 289 millones de dólares– y varias de sus películas pendientes de estreno quedaron en el limbo.

A principios de año, The Upside, el remake americano del éxito francés Intocable con Kevin Hart y Bryan Cranston pasó a manos de STX, la cual gestionó la película con éxito logrando 120 millones de taquilla. Nada mal para una película que ha pasado desapercibida. En el mercado internacional, España incluida, estará disponible mediante Amazon Prime a partir del 19 de abril.

Por su parte María Magdalena, la adaptación bíblica de Garth Davis (Lion) con Rooney Mara y Joaquin Phoenix llega a USA este mismo viernes 12 de abril a través de IFC Films con una repercusión mínima. En España se estrenó en el ya lejano marzo de 2018.

Esas son algunas de las afortunadas, otras como la cinta de terror Polaroid, tienen sus ventas paralizadas debido a disputas internas con sus encargados de la financiación. Esta película, por ejemplo, es el debut como director en un largometraje de Lars Klevberg y vamos a acabar viendo en salas primero su segunda película, la nueva versión de Muñeco diabólico.

Todo esto es un preámbulo para abordar la situación de otra de las huérfanas de la Weinstein Co. y quizás su cinta más atractiva dados los implicados. Hace unos días Deadline sorprendía con la curiosa situación que afronta The Current War, la película dirigida por Alfonso Gómez-Rejón sobre la disputa entre Thomas Edison (Benedict Cumberbatch) y George Westinghouse (Michael Shannon) por hacerse con la propiedad sobre la implantación del sistema eléctrico en la sociedad moderna. La recién fundada compañía 101 Studios (en la que están involucrados varios directos de la extinta Weinstein) se encargará de distribuir la película este mes de agosto con un nuevo montaje y lo hará debido a una clausula legal en la que estaba involucrado Martin Scorsese en calidad de productor.

Gómez-Rejón, natural de Laredo (Texas), ha consolidado su carrera en los últimos años en la factoría Ryan Murphy (Glee, American Horror Story) o con la dirección de Yo, él y Raquel (Me and Earl and the Dying Girl), pero sus inicios fueron nada menos que como asistente en Casino y desde entonces mantiene una gran relación con el director neoyorkino. Cuando surgió la oportunidad de hacer The Current War, Gómez-Rejón le pidió a Scorsese que le cuidara la retaguardia y una de las clausulas establecidas en su contrato indicaba que ante una eventualidad como la ha acabado atravesando la película por designios del destino, Scorsese podía impugnar que otra compañía hiciese un montaje no autorizado, dándole poder a Gómez-Rejón para hacer lo que creyese conveniente.

El camino de The Current War no ha sido fácil; esta película se presentó hace dos años en el festival de Toronto del 2017 bajo un montaje supervisado por el propio Harvey Weinstein y su recepción fue bastante negativa, siendo “lenta” el calificativo más suave. “Llegué al punto de tener que hacer las paces con la idea de tener una película ahí fuera con mi nombre en ella pero sin ser mía“, comenta Gómez-Rejón en su entrevista para DHD hablando de las interferencias que sufrió durante la postproducción, con un montaje demasiado largo y hecho a toda prisa en su día para cumplir los plazos de la temporada de premios del 2017. “Lo sabía en mi corazón, y cada fibra de mi cuerpo me decía que no estaba lista. Me ahogaba en notas [por parte de Weinstein], hasta el punto de que dedicaba más tiempo a contestar a esas direcciones que al montaje de la película. Me llegaban desde Londres y después más desde Nueva York. Hicimos deprisa la mezcla, el ADR [cuando los actores doblan de nuevo sus diálogos en estudio en caso de que no se escuchen bien], el sonido… Llegas ahí conociendo la reputación de Harvey Weinstein por tocar los montajes de las películas. La gente me advirtió de que tuviese cuidado y yo estaba dispuesto a no convertirme en otra de sus víctimas, hasta que vi el montaje de Toronto y me sentí como un idiota. Entré de manera decidida y de pronto me di cuenta de que me había convertido en otra de sus bajas, una nota a pie de página”.

Gómez-Rejón dice que sintió que tocaba fondo y moría por dentro cuando vio las reacciones de los asistentes a la proyección. Tras ello, Weinstein le presentó otro montaje de cara a Acción de Gracias de aquel entonces y su reacción no fue mucho mejor, viendo cómo había perdido la batalla en muchas de las decisiones artísticas que pretendía trasladar inicialmente en la película. Pero entonces el escándalo sexual se destapó, la compañía se fue al traste y el estreno de la película se paralizó, como le ocurrió a las arriba mencionadas. Tras un año en el limbo, Timur Bekmambetov (Wanted, Guardianes de la noche), director inicialmente involucrado en el proyecto y productor del mismo, recuperó control sobre la cinta y negoció con Lantern Enterntainment para lanzar a nivel internacional ese último corte hecho por Weinstein, y ahí es donde entra el bueno de Scorsese con su veto final para impedir que ese montaje viese la luz y en su lugar se hayan dedicado recursos a intentar arreglar la película.

Ahora, Gómez-Rejón ha regrabado cinco escenas adicionales que en su día no pudo hacer y ha quitado 10 minutos de metraje total respecto a la versión de Toronto con la ayuda financiera de Bekmambetov, el apoyo de Scorsese y el compromiso de todos sus actores, que tras dos años volvieron para un día adicional de rodaje. Además, la película cuenta con una nueva banda sonora a cargo de Danny Bensi y Saunder Jurriaans (Enemy, Ozark, The OA, El regalo, Identidad borrada).

“Habría sido fácil pasar página, pero me habría quedado ese resquemor por dentro de que si no hubiera dedicado todo mi tiempo a contestar a todas las notas de producción de diferentes frentes, podría haber hecho algo cercano a la película que quería. Entonces me llegó una llamada de mis representantes y me dijeron que me iban a devolver la película durante seis a ocho semanas con la oportunidad de grabar un día adicional. Nunca me había sentido tan preparado para algo en toda mi vida. Muchos actores debían presentarse allí un sábado de diciembre y todos aparecieron. Alquilamos un caserío y en una habitación estaba el set de la oficina de Tesla, otra era el dormitorio de Edison y así”.

Final feliz para una película de la que Alfonso Gómez-Rejón sí está orgulloso ahora. Califica su nueva versión como diferente estilísticamente, más provocadora y visceral y con un tono contemporáneo y energético que compara con La red social de David Fincher. “Todo lo que faltaba está ahora dentro, incluyendo el ritmo adecuado que acrecenta la tensión entre estos dos hombres. El corazón de la película se ha restaurado. La relación de Edison con su mujer, la explicación de su enfermedad y cómo le afectó. Sientes su profunda pérdida y te conduce a la vez que se adentra en un lado oscuro sin ella para humanizarla en su ambición. Westinghouse ha sido humanizado sin convertirle en un santo, y ahora tiene capas complejas de emoción para que, en lugar de parecer que te lo están metiendo con la cuchara, todo esté conseguido por méritos propios. La música remarca las tensiones de su guerra. Hay nuevas escenas con Tesla [interpretado en la película por Nicholas Hoult], que nunca se pretendió que fuese uno de los personajes principales pero ahora puedes apreciar su genio y vulnerabilidad. Ahora no parece que quede abandonado en la película, y aporta corazón y claridad a la lucha entre estos dos hombre y lo que les lleva a adentrarse en lugares tan oscuros”.



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